Todo un desafío.
Líderes de consultoras de reclutamiento de talentos coinciden en que la denominada "Generación Y" presenta un nuevo desafío para las empresas.
Se trata de jóvenes entre 20 y 25 años que no toman al trabajo como lo único en su vida, son informales en su modo de vestir y no se ven en una misma compañía durante toda su vida.
Según los especialistas, aunque las formas de estas nuevas generaciones son diferentes, también en ellas hay potenciales líderes.
La irrupción de una nueva clase de jóvenes en el mercado laboral generó la necesidad de realizar un cambio de paradigma. Se trata de la llamada generación Y, que comenzó a reclamar sus primeros empleos y que pone a los directivos de empresas ante el desafío de captar sus talentos, retenerlos en la compañía y transformarlos en los futuros líderes de la organización.
Estos jóvenes tienen entre 20 y 25 años, nacieron en un mundo donde ya era normal el uso de computadoras, no toman al trabajo como lo único en su vida, son informales en su modo de vestir y no se ven en una misma compañía durante toda su vida, publica hoy el diario La Nación.
La discusión sobre cómo se debe hacer desde los cuadros directivos de las empresas para integrar a esta nueva generación se desarrolló en un encuentro organizado por Accenture y la Asociación de Recursos Humanos de la Argentina (Adraha) para presentar el libro Gestores del talento, donde disertaron sobre este tema el vicepresidente de Recursos Humanos de Unilever Cono Sur, Pablo Mesón; el presidente de la Federación Interamericana de Gestión Humana y director corporativo del Grupo Clarín, Horacio Quirós, y el socio director de Human Performance de Accenture Europa y Latinoamérica, Diego Sánchez de León.
Quirós abordó la definición de esta nueva clase de empleados: "Es gente que se pregunta por qué, que no repite las cosas de memoria, que funciona distinto y genera el problema de entender cómo va a ser el modo de relacionarnos con ellos". Y bromeó: "Ven al trabajo como aquello que sucede entre los fines de semana".
Lo importante, según los especialistas, es entender que, aunque las formas de estas nuevas generaciones son diferentes, también en ellas hay potenciales líderes. "Este talento, que ahora viene en otro envase, con zapatillas anaranjadas y piercing, sigue siendo talento", señaló Mesón.
Cambios en los reclutamientos y comprensión de la psicología de la nueva camada
De acuerdo con el nuevo concepto, los mecanismos de reclutamiento también deberán cambiar. "Murieron todos los paradigmas anteriores que teníamos para reclutar a nuestra gente. Ya no sirven más los avisos en los diarios. Hoy se requiere mayor presencia en Internet y en los lugares que frecuentan estos jóvenes, como boliches y pubs. Debemos convencerlos de que nosotros queremos reclutar en esos ambientes también", explicó el ejecutivo.
Claro que, una vez seleccionados, el siguiente desafío es retenerlos e integrarlos en la compañía. Sánchez de León puso énfasis en que, para lograr que estos nuevos empleados duren en su trabajo, lo primero que hay que hacer es no mentir acerca de la realidad de la empresa. "Ahora está la moda de engañar y de mostrar en el mercado laboral una imagen irreal de nuestras organizaciones, pero eso lo único que genera es un desencanto en la persona contratada, que al ver que lo que se le prometió no existe termina por renunciar y crear un mayor costo para el empleador, que debe volver a reclutar y capacitar a otra persona", comentó.
Para Mesón, el rol de los jefes es fundamental para lograr que esta nueva generación se consolide en su puesto. Según dijo, se debe comprender la psicología de esta nueva camada y saber que, en buena medida, buscan un jefe-padre. "Son generaciones que se quedan en sus casas mucho más que las anteriores y que reclaman de sus padres mayor contención, conducción y guía. Y eso lo trasladan de alguna manera a sus jefes", indicó.
Quirós coincidió con este diagnóstico y agregó: "Son chicos un poco rebeldes, que quieren hacer su vida, pero que también buscan padres y piden límites".
Líderes de consultoras de reclutamiento de talentos coinciden en que la denominada "Generación Y" presenta un nuevo desafío para las empresas.
Se trata de jóvenes entre 20 y 25 años que no toman al trabajo como lo único en su vida, son informales en su modo de vestir y no se ven en una misma compañía durante toda su vida.
Según los especialistas, aunque las formas de estas nuevas generaciones son diferentes, también en ellas hay potenciales líderes.
La irrupción de una nueva clase de jóvenes en el mercado laboral generó la necesidad de realizar un cambio de paradigma. Se trata de la llamada generación Y, que comenzó a reclamar sus primeros empleos y que pone a los directivos de empresas ante el desafío de captar sus talentos, retenerlos en la compañía y transformarlos en los futuros líderes de la organización.
Estos jóvenes tienen entre 20 y 25 años, nacieron en un mundo donde ya era normal el uso de computadoras, no toman al trabajo como lo único en su vida, son informales en su modo de vestir y no se ven en una misma compañía durante toda su vida, publica hoy el diario La Nación.
La discusión sobre cómo se debe hacer desde los cuadros directivos de las empresas para integrar a esta nueva generación se desarrolló en un encuentro organizado por Accenture y la Asociación de Recursos Humanos de la Argentina (Adraha) para presentar el libro Gestores del talento, donde disertaron sobre este tema el vicepresidente de Recursos Humanos de Unilever Cono Sur, Pablo Mesón; el presidente de la Federación Interamericana de Gestión Humana y director corporativo del Grupo Clarín, Horacio Quirós, y el socio director de Human Performance de Accenture Europa y Latinoamérica, Diego Sánchez de León.
Quirós abordó la definición de esta nueva clase de empleados: "Es gente que se pregunta por qué, que no repite las cosas de memoria, que funciona distinto y genera el problema de entender cómo va a ser el modo de relacionarnos con ellos". Y bromeó: "Ven al trabajo como aquello que sucede entre los fines de semana".
Lo importante, según los especialistas, es entender que, aunque las formas de estas nuevas generaciones son diferentes, también en ellas hay potenciales líderes. "Este talento, que ahora viene en otro envase, con zapatillas anaranjadas y piercing, sigue siendo talento", señaló Mesón.
Cambios en los reclutamientos y comprensión de la psicología de la nueva camada
De acuerdo con el nuevo concepto, los mecanismos de reclutamiento también deberán cambiar. "Murieron todos los paradigmas anteriores que teníamos para reclutar a nuestra gente. Ya no sirven más los avisos en los diarios. Hoy se requiere mayor presencia en Internet y en los lugares que frecuentan estos jóvenes, como boliches y pubs. Debemos convencerlos de que nosotros queremos reclutar en esos ambientes también", explicó el ejecutivo.
Claro que, una vez seleccionados, el siguiente desafío es retenerlos e integrarlos en la compañía. Sánchez de León puso énfasis en que, para lograr que estos nuevos empleados duren en su trabajo, lo primero que hay que hacer es no mentir acerca de la realidad de la empresa. "Ahora está la moda de engañar y de mostrar en el mercado laboral una imagen irreal de nuestras organizaciones, pero eso lo único que genera es un desencanto en la persona contratada, que al ver que lo que se le prometió no existe termina por renunciar y crear un mayor costo para el empleador, que debe volver a reclutar y capacitar a otra persona", comentó.
Para Mesón, el rol de los jefes es fundamental para lograr que esta nueva generación se consolide en su puesto. Según dijo, se debe comprender la psicología de esta nueva camada y saber que, en buena medida, buscan un jefe-padre. "Son generaciones que se quedan en sus casas mucho más que las anteriores y que reclaman de sus padres mayor contención, conducción y guía. Y eso lo trasladan de alguna manera a sus jefes", indicó.
Quirós coincidió con este diagnóstico y agregó: "Son chicos un poco rebeldes, que quieren hacer su vida, pero que también buscan padres y piden límites".
1 comentario:
Como dice Carl Icahn, con tantas empresas dirigidas con los codos, más vale que generaciones más educadas aumenten la rotación. Se trata de una profunda época de cambio, y sólo es cuestión de tiempo; lo nuevo trae el cambio, como siempre ocurre.
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