lunes, 11 de mayo de 2015

Gen "Z": qué piensan los empleados del futuro


Pobre Generación Z. Los miembros mayores de esta cohorte apenas tienen 18 años y ya están siendo mal vistos. Las compañías de investigación de medios y de mercado los etiquetaron como "adictos a las pantallas", con la misma capacidad de fijar la atención que tiene un mosquito. Y la presión: sobre sus pequeños hombros tienen el peso de salvar al mundo y corregir los errores del pasado. Pero, ¿es así?. Si bien el estudio generacional es un proceso complicado por definición -las generaciones mayores estudian a los "chicos" para entenderlos-, gran parte de los recientes informes están cargados de preconceptos normativos, prejuicios y estereotipos. La Gen Z merece más justicia y los demás necesitamos una conversación mucho más matizada: este grupo compone un cuarto de la población de los Estados Unidos y, para 2020, representará el 40% de los consumidores. Entenderlos será crítico para las compañías que quieran tener éxito en la próxima década y en adelante. Altitude se propuso rascar bajo la superficie para entender no solo lo que la Gen Z está haciendo, sino por qué. Y con sus propias palabras. Trabajamos con más de una docena de personas de 16 a 18 años con distintos antecedentes de todo el país, a través de una serie de discusiones en profundidad, video y ejercicios diarios interactivos que buscan dar una visión de sus vidas. Nuestra meta fue ver el mundo a través de sus ojos. Lo que descubrimos fue sorprendente.


1. NO ES UN PROBLEMA DE ATENCIÓN, ES UN FILTRO DE OCHO SEGUNDOS. Recientes estudios que tuvieron impacto en los medios sugieren que la capacidad de atención de la Gen Z se redujo a ocho segundos y que son incapaces de concentrarse por períodos de tiempo extendidos. Sin embargo, nosotros encontramos que la Gen Z, en realidad, tiene lo que llamamos "filtros de ocho segundos" altamente evolucionados. Crecieron en un mundo en el que sus opciones son ilimitadas, pero su tiempo no lo es. Como tal, la Gen Z se adaptó para revisar y evaluar enormes cantidades de información. En el mundo online, se basan mucho en los recursos que marcan las tendencias dentro de las aplicaciones para conocer el contenido más reciente y popular. También recurren a curadores en los que confían, como Phil DeFranco y Bethany Mota, para ubicar la información y el entretenimiento más relevante. Estas herramientas ayudan a esta generación a reducir su conjunto de opciones potenciales a un tamaño más manejable. Una vez que algo demostró ameritar su atención, los Z se vuelven intensamente comprometidos y concentrados. Maduraron con una Internet que les permite profundizar en cualquier tema que elijan y aprender de gente que se interesa por lo mismo. Marcus, de 17 años, de Connecticut, pasó años explorando los rincones de la cultura online de zapatillas clásicas, convirtiéndose en un "cabeza de zapatilla". En su primer año en la universidad advirtió que podía aprovechar este conocimiento y creó un negocio de venta de zapatos raros. La Gen Z tiene un radar cuidadosamente afinado respecto de quienes quieren venderle algo y un tiempo y energía limitados para invertir en evaluar si alguien merece su tiempo. Superar estos filtros y lograr su atención significará ofrecerles experiencias atrapantes e inmediatamente beneficiosas. Es muy probable que los mensajes sólo de ida se pierdan en medio del ruido.

2. NO SON ADICTOS A LA PANTALLA, SON JEFES DE MARCA DE TIEMPO COMPLETO. Los medios retratan a la Gen Z como un montón de ciudadanos de la red socialmente ineptos y las generaciones mayores se debaten tratando de entender por qué pasan tanto tiempo online. En realidad, están bajo inmensa presión para manejar simultáneamente sus marcas personales y profesionales para poder encajar y, al mismo tiempo, destacarse. Al nivel personal, los integrantes de la Generación Z buscan validación y aceptación inmediatas a través de los medios sociales, dado que es allí donde todos sus pares están y donde se dan muchas de las conversaciones importantes. Curan sus distintas personas de medios sociales para agradar al público y minimizar conflictos o controversias. "Filtramos las fallas que podamos tener para crear la imagen ideal", dice Sneha, de 16 años, de Arizona. A nivel profesional, son muy conscientes de los estereotipos negativos que afectan a los millennials. Como resultado de ello, quieren que se los conozca por su capacidad de trabajar duro y perseverar offline. "Siempre consideré que necesitaba demostrar de lo que soy capaz", dice Sneha. "El trabajo duro eventualmente da resultado", agrega. La mayoría de la gente en nuestro estudio también dijo que su capacidad de comunicarse claramente en persona, específicamente con adultos mayores, es la capacidad número uno que asegurará su éxito futuro. "Necesito poder mirar a los adultos a los ojos, darles un firme apretón de mano y preguntarles cómo andan", dice Liam, de 17 años. La Gen Z se siente tironeada entre estas dos fuerzas: necesita de los medios sociales para construir sus marcas personales, pero se resiste a ser definida por ello. Busca validación e inclusión social, pero quiere diferenciarse profesionalmente. Las compañías que comprendan esta tensión, darán a los miembros de la Gen Z las herramientas que necesitan para reconciliar y manejar mejor sus marcas personales y profesionales.

3. NO TODOS SON EMPRENDEDORES: SON PRÁCTICOS Y PRAGMÁTICOS. Informes recientes etiquetaron a los Z como la "generación emprendedora" y destacaron su deseo de escapar a la trituradora corporativa para crear sus propias empresas. Encontramos que, si bien a esta generación le gusta la idea de trabajar para sí mismos, la mayoría es reacia al riesgo, práctica y pragmática. Su supuesto carácter emprendedor en realidad es más un mecanismo de supervivencia que una búsqueda idealista de status o riqueza. Mientras los millennials eran criticados por su falta de concentración, los de la Gen Z están decididos a planificar por adelantado. Fueron moldeados fuertemente por sus padres individualistas, autosuficientes de la Generación X y están decididos a evitar caer en los errores que cometieron sus predecesores deambulantes de la Generación Y. "Necesito un empleo que me dé dinero, de otro modo, la universidad será un desperdicio -dice Marcus de 17 años-. Quiero elegir una carrera estable." Para aliviar esta ansiedad, quienes participaron del estudio sostuvieron que apuntaban a empleos en campos en expansión y menos automatizables, como educación, medicina y ventas, entre otros. Y están obsesionados con generar planes de contingencia para ayudarse a navegar en un mercado laboral que se presenta cada vez más dinámico. Mientras los medios destacaron una cantidad de historias de éxito de adolescentes como empresarios de alto perfil, la mayoría de los integrantes de la Gen Z de nuestro estudio se pronunció por la estabilidad en sus carreras y finanzas. Se suele ver a los emprendimientos como un modo de no depender de nadie (o de nada), pero su versión de ello se concentra en iniciativas sustentables, en vez de proyectos espectaculares al estilo de Silicon Valley.

EL ESPACIO DEL MEDIO. La sociedad tiende a tener una visión romántica de la juventud o criticarla por lo que hace de modo diferente. Pero la realidad de la Gen Z se ubica en un punto intermedio. Se enfrentan a muchos de los desafíos que todos tuvimos en esa fase de la vida: la transición de la universidad al trabajo, separarse de los padres y formar su propia identidad. Pero lo hacen en una era tecnológica, ultra-conectada y veloz. Es importante que reconozcamos las diferencias de la Gen Z y los busquemos donde están en vez de donde queremos que estén. Sin empatía y comprensión, las marcas corren el riesgo de que se las filtre, dejándolas en la oscuridad. Como dijo el escritor Logan Pearsall Smith hace casi 100 años: "No se ría de un joven por sus afectaciones; sólo está probando un rostro tras otro para encontrar su propio rostro". La Gen Z tiene un radar afinado respecto de quienes quieren venderle algo y un tiempo y energía limitados para invertir en evaluar si alguien merece su tiempo.