domingo, 23 de febrero de 2014

El desafío de liderar a las estrellas

Juan Martín del Potro y Carlitos Tevez, dos figuras a nivel mundial, no jugarán, por ahora, el repechaje de la Davis ni el próximo Mundial de fútbol; el rol del líder para gestionar a máximos talentos para que funcionen en un grupo. Porque no se llevan bien con el equipo, o con los dirigentes, o con los técnicos, o simplemente porque no se les encuentra un lugar en el grupo, dos estrellas del mundo del deporte no representarán a la Argentina. Juan Martín Del Potrose niega a participar del repechaje de la copa Davis (el único certamen donde se representa al país, en este caso la Argentina se juega la permanencia en el grupo mundial). Tevez, por otro lado, no fue convocado aún para el próximo Mundial de fútbol, en Brasil. ¿Qué pasaría en una empresa, si uno de sus talentos máximos no participase de un megaproyecto por decisión propia o de su jefe? Parece inadmisible, pero la gestión del talento tiene sus vueltas y más aún con el cambio de reglas que propone la Generación Y. Marcelo Loffreda, ex entrenador de los Pumas, da su opinión a nivel general. "Si hay jugadores de calidad excepcional, agotaría todas las instancias para que formen parte del equipo. Para esto tiene que haber un diálogo muy directo y sincero con los protagonistas, que son los jugadores. A veces los DT confunden ese concepto. Los jugadores son protagonistas, lo que no significa que no tengan que poner el interés común por encima de un interés personal. "De las dos partes debería haber un sinceramiento, dejar los egos de lado, y que el equipo pueda contar con lo mejor. Requiere entender que los conductores están ahí para crear las condiciones necesarias para que los protagonistas, los jugadores, se sientan protegidos, apoyados y cómodos. Y sin prerrogativas especiales porque en un equipo todos tienen que cumplir con las mismas reglas." En el libro Psicología del deporte, editado por la Universidad de Málaga, Antonio Hernández Mendo y Jesús Canto Ortiz hablan sobre "el liderazgo en los grupos deportivos". Un primer concepto es que "un líder con verdadera vocación de liderazgo no quiere subordinados o súbditos, sino seguidores que crean en él". De esta manera, según los autores, la coacción se suple por la confianza que logra despertar en los integrantes de su grupo. Sergio "Cachito Vigil" llevó a la cima a Las Leonas, el equipo nacional de hockey, con una mística muy especial: el espíritu de grupo. Hoy es el entrenador de Las Vikingas, la primera de hockey de River y también de "Las Vikinguitas", niñas de unos 8 años. Autor de Un viaje al interior, donde cuenta sus experiencias como entrenador, también es conferencista, coach ontológico y, según sus palabras, "apasionado por las relaciones humanas". "El motor de un grupo es la comunicación", dice Vigil. "Con relación al problema de Juan Martín, me parece interesante para la salud del sistema que haya una conversación auténtica entre todas las partes involucradas y definir la situación del tenista. Es cierto que es muy importante para el equipo de la Davis, por su nivel. Si juega, o no, es relevante. Pero hay que definir. Si no quiere jugar sería bueno que explique sus razones para que el equipo pueda seguir su camino y planificar sin él." Como entrenador, Vigil cree que es bueno saber por qué un jugador no se siente bien y tener así la posibilidad de poder actuar. "Se ve un problema de comunicación. Es cierto que un equipo está formado por personas, pero el equipo está por encima de cualquier individualidad." Con respecto a la no convocatoria de Carlitos Tevez, por ahora, para jugar la próxima Copa del Mundo en Brasil, Vigil dice que hay que confiar en el equipo técnico y en las decisiones que toma. No está de acuerdo con que es más difícil liderar un equipo de estrellas "cuando hay jugadores de gran calidad es más fácil liderar el equipo. Es más difícil cuando no tenés los talentos". Las cinco claves del talento "Uno de los desafíos más importantes para los profesionales de RRHH es tener la capacidad de formar equipos de trabajo de alto desempeño", dice Ricardo Wachowicz, presidente de Bayton, una organización dedicada a la gestión de capital humano. Según el profesional, en la elección de cada integrante del equipo, debe considerarse su know how particular y su capacidad para establecer relaciones interpersonales. En este proceso, hay 5 aspectos que debería reunir el aspirante ideal: Trabajadores: cada uno debe estar dispuesto a asumir nuevas tareas logrando complementarse con las labores de sus compañeros. .Colaboradores: el equipo tiene que estar conformado por personas dispuestas a ayudar a sus compañeros, no sólo cuando lo requieran, sino que deben estar atentos a detectar posibles dificultades de algunos de ellos para ofrecer su apoyo. .Leales: siempre con la verdad por delante, sin segundas intenciones, cumplir con la palabra, sin tratar de anteponer su beneficio personal al de los demás. .Responsables: asumir el rol y la responsabilidad necesaria para la ejecución del plan. .Comprometidos: capaces de asumir un grado de compromiso importante con sí mismos y con el grupo. Psicología del deporte Germán Diorio es psicólogo, especialista en deportes y conducción de grupos. "Debajo de la camiseta hay una persona y si no la sabés manejar, por más que sepas de deporte, los conceptos no llegan", dice. Para el especialista, no hay una fórmula específica para liderar estrellas. "Cada persona tiene un abordaje diferente. Hay que tener claro hacia dónde llevar el equipo y cuáles son tus pautas de convivencia." Tal como sucede con la Generación Y, que cambió las pautas de trabajo en las empresas, "los códigos cambiaron en los últimos diez años", afirma Diorio. No mandar sino inspirar, entender la importancia de la vida personal para las personas y entender también los pros y contras de la hiperconectividad son algunas de las características de los tiempos de corren. "Hay gente que pierde la capacidad de comunicarse, porque hoy todo se expresa en 140 caracteres. Es difícil sentarse a hablar, la comunicación directa. A la gente le cuesta saber qué es lo que quiere, y expresarlo. Por eso tenemos tanto trabajo los psicólogos." Miguel Espeche, coordinador general del Programa de Salud Mental Barrial del Hospital Pirovano, analiza que "cuando se es una estrella por haber alcanzado resultados descollantes, es sano que ese talento reparta sus conocimientos para que todos crezcan. Messi hace jugar al equipo, pero cuando las personas se dedican mucho a sí mismas para lograr la perfección, salir de sí mismos a veces se les dificulta". ¿Cómo lograr una buena inserción en un grupo? "Toda persona que ingresa a un equipo pasa por un período de adaptación", explica Miguel Carugati, director ejecutivo de Page Group. "A veces se toma a la ligera el período de inducción, que es clave y es de unas dos semanas. Es la primera impresión del nuevo talento. Hoy los gerentes generales se involucran muchísimo en este proceso. A veces el equipo lo percibe como una amenaza, y es el rol del líder comunicar que viene a sinergizar." Peligro, hay uno solo La dependencia de una sola persona nunca es sano para un grupo deportivo o para una empresa. "Es clave que formen a sus backups. Cuando la compañía tiene a un talento tiene que cubrirse ante su salida ya que si la persona se va, te arruina el negocio y eso no debe suceder." Matías Guidini, gerente general de la consultora Ghidini Rodil, cree que hay que analizar "el talento en sí, y cuán tolerable es contar con un recurso de cualidades técnicas excepcionales, pero cuya convivencia en un equipo u organización es incómoda. Acá cabe ciertamente revisar qué abarca el concepto de talento. ¿Estamos hablando de cualidades técnicas mayormente? ¿O es más amplio e incluye las habilidades interpersonales por las cuales ese know how articula con el grupo?" Para Diorio, manejar el ego de una estrella no es fácil, "hay que saber lidiar con gente de ese estilo, seducirlos para que tengan ganas de estar. A veces la persona no está preparada para formar parte de un grupo". "Quien conduce un equipo o compañía debe dotar de sentido, propósito y pasión la tarea diaria de cada colaborador", dice Ghidini. "Su rol es generar espacios de confianza, ponerse a disposición, servir al otro. ¿Cómo lograrlo? Escuchando, delegando y motivando. Liderar no es (necesariamente) consensuar, es tener la capacidad de «traer» al presente las futuras crisis para crecer." Por último, un papel clave para el área de Recursos Humanos: "Crear una cultura de liderazgo y no de líderes. Los grandes líderes van y vienen. El liderazgo, justamente, es lo que queda en la compañía cuando los líderes se van. Está arraigado en la cultura de la organización y trasciende las personas", cierra Ghidini..